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Port d’andratx, el puerto pesquero que aúna tradición y ocio.

Si de algo puede presumir el puerto de Andratx es de ser considerado el de mayor
encanto del Mediterráneo. Situado en la parte oriental de Mallorca, lo que le garantiza
buen clima todo el año, es una de las zonas más populares de la isla por su entorno y su
belleza y por su armónica combinación de tiendas, restaurantes y cafés.
Este pequeño puerto pesquero fue construido a mediados del siglo XX, cuenta con más de
450 amarres y mantiene el aire marinero tradicional. Además de ofrecer una amplia
actividad náutica, es un destino popular para senderistas y ciclistas, ya que fusiona dos
entornos: playa y montaña.
Si buscas relajarte frente al mar, puedes hacerlo en alguna de las dos playas del puerto o
en las diversas calas de aguas transparentes que lo rodean, como cala Llamp, cala
Moragues o cala Egos. Y si prefieres hacer algo de deporte, puedes optar por diferentes
excursiones y rutas de senderismo, o disfrutar jugando al golf en el complejo Golf de
Andratx, que dispone de un total de 18 hoyos.
El ‘port d’Andratx’ está situado a 5km del pueblo de Andratx y a unos 10 minutos
aproximadamente en coche de Camp de Mar, un complejo turístico de ambiente sofisticado
y hoteles exclusivos muy popular entre los famosos y gente de alto poder adquisitivo.
Frente a sus costas se divisa la isla de La Dragonera, una extensión natural de la sierra
de Tramontana, que cuenta con un centro para visitantes y algunos senderos de excursión.
Si quieres acceder a ella puedes hacerlo por vía marítima desde el mismo Puerto de
Andratx o desde el pueblo de Sant Elm, situado a pocos kilómetros del puerto. Existen
diferentes compañías que ofrecen alquiler de barcos sin licencia o con patrón, dicho
alquiler puede ser por horas, por un día o hasta 1 semana de duración, algunos con opción
de fiesta a bordo, catering y otros muchos servicios.
Tanto si estás de paso por el puerto como si disfrutas de unos días en la zona, te
recomendamos visitar el paseo marítimo y el muelle, lugares en los que se concentra la
mayor actividad durante el día. Allí se encuentra el edificio de la Lonja, donde se pueden
comprar las capturas de pescado fresco de los pescadores de la zona.
Y si lo que te apetece es vivir una experiencia diferente, te animamos a degustar los
mejores platos de temporada en nuestro restaurante, el primer gastromar de la isla.

Jardines de Alfabia.

En Mallorca hay varios tesoros escondidos que los visitantes pueden disfrutar prácticamente durante todo el año y no solo durante el verano caluroso. Uno de estos tesoros son los Jardines de Alfabia, que se encuentran en el área de Buñola, a los pies de la Sierra de Tramontana, a 17 km de la capital de Palma.

La composición del patio, los jardines y los huertos han sido oficial (y merecidamente) declarados como Monumento Artístico Nacional, que garantiza la presevación de los jardines en caso de que la construcción afecte la zona en el futuro.

La familia propietaria del terreno es la familia Zaforteza. Después de que Jaime Primero conquistara las Islas Baleares, el rey concedió el terreno a su tío Nuño de Roussillon, el cual lo vendió a la familia moruna de Ben-Abet.

Después de que el terreno cambiara de manos cientos de veces, finalmente acabó en las poderosas manos de la familia Zaforteza, actuales propietarios que han cuidado de Alfabia desde el año 1700.

Los Jardines se encuentran en Buñola, en el km 17 en la carretera que va de Palma a Sóller y a pesar del nombre no son solo jardines, es algo así como una posesión con una casa preciosa y espectaculares jardines. A demás de los jardines está el huerto, imitando la tipología de granja árabe.

La villa familiar se construyó en el año 1400 y una ala se añadió en el 1600. La fachada data de la época barroca en el 1700 y fue inventada por el arquitecto Juan d’Aragó. El paso del tiempo ha dejado marcas de cada era y la casa es un conjunto de varios estilos arquitectónicos: Morisco, gótico, renacentista, barroco, romántico e incluso en algunos lugares podemos encontrar Ro cocó inglés. Desde el 1700 la casa no ha cambiado en apariencia.

Los jardines que rodean la finca son preciosos con diferentes formas. La mayoría barrocos y renacentistas, como un «giocho d’acqua», que es una especie de fuente que lanza agua por sorpresa a los visitantes inesperados.